Como si fuese una medalla
Que retiras de tu pecho
Así has apartado el sentimiento fresco
Que te ofrecí en eucaristía
La tarde de febrero.
Y ya con mis alas rotas
Me arrojas a la intemperie
Al cielo gris, plomizo, ceniciento.
Dime si puedes tú
Decir las verdades
De mi paisaje interior,
Declara dónde se debatirán
Mis panoramas internos.
Rechazas mis guirnaldas
Y ya que no me resta ni el aire,
No me queda ni la alondra,
Ni el musgo, ni el girasol.
Porque como una medalla
Que retiras de tu pecho
Así has apartado el fresco sentimiento
Que te ofrecí en eucaristía
Esa tarde de febrero.
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