Mis sirenas de emergencia
Han quedado afónicas
De tanto anunciar su dolor.
El mar se posó en mi lengua,
Lo mismo que el profeta Jonás
Se posó en la orla de la ola.
Y el pronóstico implica
Tristeza ventosa ascendiendo
Desde el brazo derecho
Hasta la cuenca profunda
Del corazón,
Efecto devastador
Que rige en el cuerpo,
Depresión acelerada
Degenera en desilusión atemporal.
El pensamiento predominante
De los campos del recuerdo
Y los efectos locales
De tu falsa presencia
Se combinan
Para que en horas
De la tarde y la noche,
Se genere la ocurrencia
De nudos en garganta
Y tormentos eclécticos
Hacia las regiones abisales
De mi cosmos,
Condiciones similares
Se esperan para la madrugada.
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