Estoy muriendo de deseo
De caminar descalzo
Por la verde pradera
De tu vivo y florido vientre
Y ante tus propios ojos volverme
Caracol marino que se arrastra
Al borde de tu mar abierto
De par en par.
Estoy hablando de regodearme
Como si fuese un perro antiguo
En la perenne dulzura
Que sin querer proyectas
Porque escapa de tus labios y tus ojos
Como si fuese viento huracanado
En los meses de septiembre.
Si yo pudiera transformar
Esta distancia que hay entre nos
Créeme que sería el terciopelo
Con el cual cubrir tu cuerpo
Y cada uno de mis besos
Seria tu mágico edredón.
Aunque la tarde sea
Gris y macilenta
Para mi será lo mismo
Que si fuese un día lleno
De flamante luz y de sol
Porque pasas con autonomía
Por el dintel de mis deseos
Como si fueses Mardoqueo
En un mítico banquete imperial.
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