Quien fuera un castor
Que devasta cada árbol
De la tundra siberiana,
Una voraz termita africana,
Una oruga sempiterna
O un goloso desenfrenado dragón
Para devorar tu belleza
Infinita
Y que nunca acaba
De agotarse,
Porque siempre se renueva
Con cada mordisco que doy.
No gano nada con ocultarlo,
Yo que soy un barco
Perteneciente a ti,
Y que he sido asaltado
Por la borda
Por más de veinte mil deseos
De ti
Que he navegado en tus besos
Por los siete mares
De tu universo,
Que he visto los amaneceres
Apagarse al atardecer:
Quiero devorar tu belleza
Infinita
Y que nunca acaba
De agotarse,
Porque siempre se renueva
Con cada mordisco que doy.
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