Cuando estaba tu corazón acongojado
Por la miseria más extrema,
Que no te permitía ni siquiera
Obtener las energías necesarias
Para sobrevivir al día siguiente,
Ahí yo jugué un papel importante,
Hasta ahí mi mano te alcanzó.
Cuando quisiste el placer
Delicado de mi boca,
Los sutiles pétalos de mis labios
Y mi lengua,
Ahí mi cuerpo estaba presto
Para ungir tu cuerpo,
A pesar de mi dolor,
Que me provocaba el rechazo
De tus labios,
El témpano de hielo
Que había instalado en tu corazón.
Y aunque no reclamo agradecimiento,
Porque lo hecho, hecho está,
Sí esperé retribución
Al afecto,
Sí esperé con mis manos,
Que quedaron vacías,
En mis cofres solo quedó
Desilusión.
No compares mi afecto
Con ninguna persona de las gentes
Que conozcas a partir de hoy,
Si pudiera prohibírtelo,
Te lo prohibiría,
Porque es inútil,
Un afecto dulce y tierno
No aparece a cada momento
Por la tierra.
Yo fui la encarnación
Del amor en tu vida
Y tus ojos fueron miopes:
No pudiste distinguir
Entre un placer pasajero
Y un verdadero corazón.
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