Yo quiero que,
Cuando los escalofríos
Vuelvan de nuevo a apoderarse
De mi pecho de hombre desolado
Y con tristeza sin fin,
Tu estés a mi lado
Cual desafiante querubín,
Poderoso arcángel,
O augusto serafín.
Quiero que sean tus manos
Las impolutas fuentes
En donde yo,
Desbocado,
Como un caballo irrefrenado
Se echa a beber,
Yo quiero que sea en tu ser
En donde combustione
La flama inédita
Que me palpita a diario
En lo hondo de mi interior.
Y que me transportes con tu voz
Joven y hermosa
Hacia las más remotas esferas
De este planeta de desolación.
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