Que el sol esté sobre tu cabeza
Cual fulgida diadema de oro
Y en tu corazón cual tesoro
Repose perenne la paz,
Que se refleje en tu faz
La verdad y la ternura
Y que la felicidad
Junto a la dulce ilusión
Calienten tu corazón
En tiempos de frío.
Porque si eres feliz
Esa será mi mayor gloria,
Dejaré de ser la noria
Que gira ufanándose
De haber compartido tu historia,
De haber vivido y suspirado
Y latido y exhalado el mismo instante.
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