Aún no se habían encendido
Las luces de la ciudad
Y yo esperaba que tu voz
Acariciara el laberinto de mi oído,
Yo esperaba que tu voz
Golpeara el pabellón de mi oreja
Como si fuese lo mismo
Que una pelota vasca.
Esperé escucharte por horas,
Pero ni siquiera la certeza tenía
De si vendrías
Con tus cualidades de arcángel
A dejar que de tus labios
Salieran las palabras
Como aves galopantes.
Yo deseé que tus palabras
Fueran lluvia en mi desierto,
Yo quería que el desconcierto
Lo esfumaras de mi vida
Yo esperé que tu golpe de voz
Tocara la puerta
De mi sórdida ilusión
Pero pasaron horas y horas
Y no vi tu mágica figura
Dibujarse ante mis ojos.
Entonces me tuve que inventar
Que sólo había venido
A éste sitio
Para ver la luna pasar.
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