No son estridentes tambores de hojalata
Ni es el imponente bramido
De Neptuno el dios del mar,
No es la ira trepidante
De Thor el dueño del trueno
Ni es tampoco
La estampida de los caballos
Al galopar.
No es antigua locomotora,
Ni las pisadas
De un gigantesco animal,
No es el sonido de balas de salva,
Ni tampoco metrallas
En tiempos de carnaval,
No es petardo que explota,
Ni dinamita que hurga
En busca de metal,
No es fanfarria aduladora,
Ni el ritmo acompasado
De trompeta imperial,
Es el corazón del poeta
Que bate ilusionado
Cuando se encuentra al lado
De tu alma de percal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario