Éste satélite de tristeza
Que provoca las mareas
Más gigantescas en mi rostro,
Ésta amargura cósmica
Que me hace sentirme
Como una pantano cenagoso,
Éste dolor hondo
Que hurga en mi corazón
Como un taladro en el concreto,
Ésta melancolía tan vasta
Que se instaló autoritariamente
En mi pecho,
Éste ajenjo mortal
Que inunda sin contemplación
Mis ríos, mis mares y océanos,
Ésta cicuta innombrable
Que me hace palidecer
Y me hace padecer,
Éste dolor tan exagerado
Que me tortura
Como si fuese un condenado
Al humillante patíbulo,
No lo tendría
Si estuvieras junto a mi,
Pero éste planeta
Deshabitado de alegría
A donde ha venido a dar
Mi atribulado corazón
No tiene comparación
Ni siquiera
Con la soledad
Que me acompaña
Desde el momento en que te fuiste.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario