Yo solo quise describir tu rostro
Y terminé escribiendo
Todo un manual de belleza,
Porque la dulce armonía
De tus ojos color café
No me dejó más alternativa
Que la magna obsesión
De contemplarte
Como si fuese un Buda
En busca de iluminación.
Yo solo quise reconocer
La vasta nobleza
De tu ser espiritual
Y terminé entronizándote
En el centro de mis átomos,
Porque la rebelde belleza
De tu cosmos
No me dejó más alternativa
Que la vasta sumisión
A la que debía rendirme
Como si fuese un musulmán
En su larga peregrinación.
Yo solo quería quererte
Y terminé adorando tu ser,
Porque el adueñarte de cada espacio vacío
Que tenía entre mis huesos
No me dejó más alternativa
Que la certera convicción
De confesarte mi diosa
Como si fuese un cristiano
En busca de su salvación.
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