Y qué vas a hacer con la flor
Que sembré en tu jardín,
La noche que decidas
No amarme nunca más.
Porque en estos precisos momentos
Mis neuronas coordinadas
Están palpitando al ritmo armónico
De las más distantes galaxias.
Y es porque mi amor,
Ni conoce de fronteras,
Ni conoce de barreras,
Porque a ti ha sido dedicado
Desde mucho tiempo antes
De la fundación de mis imperios.
Y si decides no abonar
La flor que he sembrado
Como una religión
En los terrenos de mi espíritu,
Creo que mi destino será
Tan incierto
Como es de incierta
La mirada de un maniquí.
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