Cancelaste mi miedo escénico
Al pasearme por las avenidas abiertas
De tu mundo personal
Como si yo fuese lo mismo
Que Dante conducido por Virgilio
Y me desvestí de los tabúes
Que me impedían amarte
Con todo el ímpetu
De un infante en un campo abierto
Y en las verdes praderas de tus piernas
Me deleité de tal forma
Que decidí prontamente
Acampar a las orillas tranquilas
De tus besos
Porque sin tu aliento, mi vida
Mi vida no sería vida
Solo sería un montón de recuerdos
Pertenecientes al arsenal de recuerdos
De mi existir.
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