No me diste espacio alguno
Para poder arrepentirme
De querer amarte,
Porque de un golpe me envolviste
Entre tu amor progresivo
Y cuando vine a darme cuenta,
Estaba preso entre tus brazos
De sirena seductora
Y la música dulce y hechizante
Con la que me arrullabas,
Me hizo caer en un estado alucinante
Semejante al de los zombis,
Pero sentía un placer
De alcances no percibidos
Anteriormente por mis sentidos,
Por eso opté por entregarme
En cuerpo, alma y espíritu,
A la envolvente luz
Que irradiaban tus ojos,
Para que quemaras mi cuerpo
Hecho de estopa y brea,
Porque fue que cuando te vi,
No me diste espacio alguno
Para poder arrepentirme
De querer amarte,
Sino que me arrastraste
Como si yo fuese igual
Que un condenado al patíbulo
De tu pecho.
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