Cuando quise nuevas cosas
Para así cambiar mi vida
Yo busqué entre las prosas
Algunas palabras prohibidas.
Porque pensé que al aprender
Palabras mágicas y misteriosas
Podría con poder hacer
Las más grandes de las cosas.
Pero mi alma quedó desfallecida
Al ver que no me resultaban
Las palabras mágicas aprendidas
Por los filósofos que me hablaban.
Y no me bastaron abracadabras
Ni los ábrete sésamo tampoco
Porque todas esas palabras
No tenían de poder ni un poco.
Y fue grande mi sorpresa
Al una palabra descubrir
Que puede romper las presas
Y las vuelve a reconstruir.
Puede a su vez sanar el alma
Revitalizar el espíritu también
Puede llenar el ser de calma
Y el cuerpo colmar de bien.
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