Si te sientes algún día
Pescado por el pecado
Invoca al que con sus dedos
Hizo el ancho y soberano mar
Para que te libre del mal
Y así puedas ser tan libre
Como una barca que boga
Al pairo en el alto océano
Y escucha que Él te dice:
Invócame en el día angustioso
Y convertiré tu lamento amargo
En dicha, alegría y gozo
Y de tus penas me haré cargo.
Porque al invocar mi nombre santo
Los dolores se desvanecen
Y el lloro es tornado en canto
Y las lágrimas desaparecen.
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