Y mi espera resultó inútil
Porque no pude verte
Aunque esperé por tus ojos
Con el ansia de un niño
Cuando espera un juguete
Aunque a pesar de tenerte
Tan cerca de mis ojos
El fulgor esplendoroso
De tus ojos sensuales
Cegó mi mirada.
Ese fue el período en mi vida
Cuando estalló mi alma
En lamentos, sollozos y quejidos
Que llegaron a traspasar
Los umbrales más lejanos
De mis fronteras mortales
Y me sentí como si tuviese
Nada encima para protegerme
Porque todo lo consideraba
Lo más exquisito del cosmos
Ya no podía disfrutarlo
Porque el propio fulgor de tu mirada
Se enseñoreó de mi mismo
Dejándome tan lúgubre y oscuro
Como el color gris
Que deja a su paso
La fatídica muerte
Y que usualmente acompaña
La tristeza más honda
De la que se tenga razón
En toda la historia humana
Así vagaré desde ahora
Y por toda la eternidad
Recordando solamente
Las cosas que viví y vi
Tiempo antes
De no poder verte
Porque al momento justo
De querer observarte
Del fulgor de tu mirada
Se desprendieron los lazos
Que me ocasionaron lo gris
Que es ahora y para siempre
Mi vida y mi muerte.
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