El crepúsculo había caído
Y ya la diosa de la noche
Arropaba con su manto
La totalidad de mis territorios.
Las maravillas que me rodean
Con una gama de colores
Se han vuelto grises
A mis entristecidos ojos
Y las luces en lo lejos
Se me distorsionan
A causa de las lágrimas.
Siento un enorme vacío
En lo profundo de mi ser
Que me obliga perentoriamente
A levantar mis brazos
Hacia el frente
Y a tantear el suelo
Con mis pies
Como si fuera un zombi
Porque lo que me ocurre
Es que no tengo conmigo
El brillo intenso
De tus hermosos ojos
Para que iluminen mis pasos
Y guíen mi camino
Y así no permanecer
Postrado, humillado, desalentado
Entristecido, abatido y zombificado.
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