Fuera del rigor
De tu mirada,
Como un outsider,
Sus dedos tienen
Que reptar
Por las paredes
De otro pecho
Como si fuesen orugas
A punto de tornarse
En mariposas.
Por eso,
Esperará a que llegues
Con tus bocinas
Estridentes
Y tus alharacas
De cuervo de la niebla.
Cuando vuelvas
Ya de nuevo
Tendrá puestas
Tus cadenas
Como si fuesen alhajas
De la lejana Arabia
O de Persia.
Fuera del rigor
De tu mirada,
Como un outsider,
Ya habrá cabalgado
Sin pausas
Cien estepas
Y en su pelo
Se habrán enredado
Mil diademas.
Su cuerpo habrá vivido
La fiesta clandestina
Como un outsider,
Y tú,
Ni notarás las migajas
Caídas de la mesa
Y que dispersas
Por otro aliento
Han salido sus soledades
Ahuyentadas
Lo mismo que si fuese
Una manada de panteras.