Es verdad
Que me enseñaste
El misterio azul
Del cielo
Cuando hurgaste
Con tus dedos
En mi closet
De cristal,
Y que yo a ti
Te entregué
El verde perenne
De mi foresta,
La reverberación
Turquesa
De mi mar
Y hoy
Tras tantos años,
El paisaje
Que formamos
Es un jarrón roto
Con flores marchitas,
Naturaleza muerta
Con su horizonte difuso
Un difunto árbol
Sin color.
Antes de que llegue
La primavera
Debo sacar la vieja
Raíz
De aquel amor.
No vaya a ser
Que al igual
Que la vara de Aarón
Reverdezca en mi cuerpo
La tristeza amarga
Que arropa las ruinas
De mi ciudad de jade
Obsidiana y conchas
Que se llama corazón.
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