Amaneció mi cuerpo macerado
En el olor de tu cuerpo
Porque la noche de anoche
Cuando llené con desesperación
De besos y mimos todo tu cuerpo,
De lo interno de mi médula
Se disiparon las brumas
Que cegaban mi espíritu
Que ni siquiera con runas
Podía vislumbrar tus lunas.
Si vieras el brillo solar
Que hoy posee a mis ojos
Quizás te dé por cantar
La canción antigua
De nuestro amor,
Y si cantas,
Si cantas con tu armónica voz
Yo voy a danzar ante tu templo
Cual si fuese Salomé
Por la cabeza del evangelizador.
Yo que nunca comí uvas
En el banquete de un emperador,
Ni jamás dancé con euforia
Por la cabeza de algún predicador,
Nunca mis manos fueron capaces
De volar entre las nubes
Como imperiales aves rapaces.
Nunca fue mi pecho almohada
En donde se pudiera recostar
La ternura de tus ojos,
Tu agobiante suspirar,
Pero cuando me sumergí
Como si fuese un buzo abisal
En el desatado mar
De tus brazos y tus piernas
Empecé a danzar en mi interior
Porque tu amor
Me hizo sentirme inmune
A la tristeza
Y la belleza
Que portas en tus ojos
Como si fuesen farol
De barco que boga en la niebla
Transformó hasta las neuronas
Que tenía en mi corazón
Gastadas
Reformando cada axioma
Que tenía en mi médula
Cansada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario