Cuando las flores de mi cuerpo
Tiemblen al contacto de tus dedos
Súbete a mi góndola mística
Y naveguemos sin parar
Por los parajes perdidos
De la irrealidad.
Enlabia mis manos dolidas
Y déjame guiar
Tu cuerpo poseído de beldad.
Y cuando lleguemos eufóricos
A los umbrales del abismo:
Tus brazos y mis brazos
Indistintamente podrán ser
Las literas en donde duerme
La reina de Saba.
Cuando las flores de mi cuerpo
Cesen de temblar al contacto de tus besos
Bájate de mi góndola mística
Y abrazados hablemos sin parar
De las cosas aprendidas
De nuestra realidad.
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