Como el sonido de la guitarra
En las mañanas de invierno
Eres para mí
Porque es tan especial
El sonido de tu voz
Que mi espíritu mismo
Se embriaga
Con tan solo oírte,
Si estuvieses por siempre
Junto a mi ser
Yo estaría tan feliz
Que creo sería capaz
De decirte al oído
Las palabras más hermosas
Que se me puedan ocurrir
Porque como la llovizna menuda
En horas de la madrugada
Eres para mí
Porque es tan especial
La caricia de tu mano
Que con ella puedo flotar
Como si estuviese mi cuerpo
Poseído por la ingravidez
Que me produce el tenerte
Tan cerca de mí
Como si fueses igual
Que una prótesis de amor
Pegada a mi cuerpo.
Entonces yo sería tan feliz
Como la mañana invernal
Cuando suena la música
De una guitarra enamorada.
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